April 27, 2024

‘El lobo de Wall Street’ ahora dice que es un gurú de las criptomonedas

Independientemente de sus credenciales en el criptomundo, no hay duda de que Belfort puede hablar sobre el tema del fraude financiero, un gran problema en la industria de los activos digitales. En los años noventa, la empresa que fundó, Stratton Oakmont, operaba un sofisticado esquema de manipulación bursátil. En la cima de su riqueza, tanto él como sus socios consumían enormes cantidades de cocaína y metacualona (cuyo nombre comercial es quaalude), y con frecuencia contrataban prostitutas. Al final, Belfort cumplió una condena de 22 meses en prisión.

Debido a esa historia, puede parecer un poco surrealista escuchar a un Belfort más maduro y canoso proclamar que “espera con gran ansia la regulación” de la criptoindustria. “No me interesa separar a las personas de su dinero”, aseveró. “Es lo contrario a lo que hago en este momento”.

De cualquier forma, el taller sobre criptomonedas en su casa no fue gratuito: los invitados pagaron un bitcóin por tener un lugar, o el equivalente en efectivo, aproximadamente 40.000 dólares.

El taller arrancó a las nueve de la mañana un sábado. Los invitados, seleccionados de entre más de 600 solicitantes, se pasearon por el patio trasero de Belfort mientras comían omelets hechos a la carta e intercambiaban consejos sobre minería de bitcoines y la economía del token. Un minero de criptomonedas de Kazajistán se relajaba bajo el sol con un aspirante a influente en cadenas de bloques que dirige una empresa de revestimientos para techos en Idaho. Un empresario de Florida explicó su plan de utilizar NFT en una empresa emergente que promociona como el Tinder de la música. Algunos de los invitados dijeron que habían pagado el taller porque son grandes aficionados del Lobo; otros sencillamente querían conocer a otros empresarios.

Para las 9:15 a. m., fluían las mimosas, pero de Belfort, ni sus luces. “El dólar estadounidense está frito”, comentó el ejecutivo de revestimientos, Doug Bartlett. Pasaron unos minutos. El Lobo seguía sin aparecer. “¿El Lobo todavía está dormido?”, preguntó uno de los invitados en voz alta.

Article source: https://www.nytimes.com/es/2022/04/25/espanol/lobo-wall-street-belfort.html

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